Título: Tu boca y las palmeras.
Autor: Lucía Couso.
Año: 2015
En
los libros de poesía -me dicen- las contratapas pasaron de moda. Por suerte
ésta no quiere ser (casi nunca) una contratapa. Diría en todo caso que se
parece más a una advertencia: puede que tu nombre aparezca cifrado en estos
versos. Tal vez a simple vista te parezcan “breves y encantadores poemas” para gente
obsesionada por los modos de estar en el mundo. Pero no le creas a Lucía cuando
piense (aunque no lo escriba) que el caos es un orden sin descifrar. Sí, acá
hay belleza, pero ¿felicidad? Todavía ni por asomo. Mientras llega, hay una voz
que traduce en cada poema esos destellos que no pueden ser mirados sin
intensidad. Sabemos que los GRITOS proferidos desde un blanco textual suenan
más fuerte que estas mayúsculas. Pero si te gusta creer en la esperanza más que
en el deseo, no leas: serás sacrificado de inmediato. Si en cambio sos crítico
literario, no indagues más: “tu boca y las palmeras” es una cita de Carlos
Fuentes (de La región más transparente, para más datos). Porque todo el tiempo,
el problema es habitar el punto ciego del presente. Crear siempre un idioma
propio, porque el idioma común no alcanza ni siquiera para bordear la hipercodificación
del mundo. Por eso nunca sabremos si este libro persigue la musicalidad del
verso en ese espacio virgen entre el cinismo y la vulnerabilidad. Una
advertencia final: aun si no encontrás el anagrama de tu nombre diseminado en
el libro, todavía puede ser que te reflejes en esas formas contingentes de
afectividad degradada que acechan cada página.
Alejandro
Del Vecchio
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