Título: Berreta.
Autor: Marcelo
Díaz.
Año: 2008
Hace ya dos décadas, Marcelo Díaz formó parte del grupo Poetas Mateístas, que llegó a
sacar una antología (Antología Puesta al sol, 1990), pero también se dedicaba a
grafitear la ciudad o a cubrir paredones, tal como lo hicieron con la revista mural
Cornucopia. En 1998 sacó su primer libro de poemas, "Berreta" (Libros
de Tierra Firme). Allí, Díaz comienza a intervenir claramente sobre los relatos
y los objetos de la "cultura popular". Hace poco él mismo me decía:
"Lo berreta es lo mismo que los nuevos ricos veneran como objetos kitsch, pero
comprado en un todo x 2 $". Entendido: lo berreta tiene que ver con la
pobreza también, con los márgenes del mercado, con lo que ya no tiene aura. Lo
berreta no es un objeto de culto, porque los poemas de Díaz parecieran decir que
no es lo mismo posar de kitsch que de grasa. Una cosa (diría Díaz) es
coleccionar pequeños fetiches almodovarianos y otra haber nacido rodeado de
ellos. Porque lo berreta tiene que ver con una identidad y con una historia. El
que habla en los poemas de Díaz no defiende "lo berreta" como
estética. Marca su presencia y lo reinstala. Por eso el gesto es político, como
en "Diesel 6002" (VOX, 2001) que convierte la crónica policial en una
historia de amor escrita bajo la presión dramática del barroco. Que sitúa la
demencia amorosa de una loca escapada del Moyano en el lugar que ya le ha dado
la literatura, el de los grandes relatos sociales y políticos, e incluso de
clase.
Ana Porrúa
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